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viernes, 23 de abril de 2010

¿Por qué historia?

Durante los últimos cuatro años esta ha sido la pregunta que más me han hecho: "¿por qué historia?". La respuesta es simple, porque me gusta, pero pareciera que para el común de la gente esta no es una respuesta y despacharlos con algo como "porque me dio la gana" no tiene tanta gracia, así que ¿por qué no divertirme un poco desbaratando sus ideas preconcebidas y obligándolos a pensar?.

Confieso que me encanta ver la cara de la gente cuando les respondo ¿y por qué no?... es como si, de repente, se hubiesen golpeado contra un muro, y es que ¿quien espera que la respuesta deban darla ellos mismos?. Luego de unos cuantos desvaríos y algunas supuestas justificaciones económicas, la mayoría se rinde y cambia de tema, pero hay quienes se atreven a ir más allá y te lanzan una tentadora provocación: "pues, no sé, ¿para qué sirve la historia?"... ¡ah! ¡cuantas horas pasaría yo iluminando a los mortales con las razones por las que la historia es tan importante en nuestras vidas! (jajajajajaja), sin embargo, la realidad es otra, si uno de nosotros pretende sentarse a explicar el por qué de la historia es probable que el pobre individuo que ingenuamente preguntó termine, cinco horas después, sobrecargado de razones, términos y teorías que a duras penas logra entender, por lo que nos vemos obligados a responder con justificaciones resumidas (y muy mediocres para nuestro gusto) sobre la relación historia-identidad y todas esas cosas, a lo que nuestro interlocutor responde con la frase más simplista con la que se resume el ejercicio la historia: "el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla". Aunque existe otra opción, que el susodicho sea uno de esos que creen que se las saben todas y termine dándonos una cátedra aberrante de supuesta historia, es decir, que se arme él solito un debate carente de análisis sobre la importancia de la labor de historiador que termina siendo un lastimoso episodio de verborrea aguda.

Pero la pregunta sigue abierta ¿por qué la historia?. En mi caso, la historia parece haberse metido bajo mi piel, es parte de mí, la necesito, no concibo la idea de una vida sin razón, quiero interrogarme sobre las formas y los modos, las razones, las lógicas, las costumbres... ¡necesito saber quienes somos y cómo llegamos a ser lo que somos!.

Mientras estudiaba ingeniería sentía que estaba educando a mi cerebro para trabajar según esquemas, para pensar mediante algoritmos ya dispuestos o fórmulas ya especificadas, pero sin encontrar un trasfondo, sin que me pudiera interrogar sobre las razones humanas más allá de la lógica, y eso me estaba matando... además ¡yo no quería pasar mi vida tras un computador y pensando en código! ¡no, no y no!.

Entonces ¿por qué historia?... la respuesta es simple: porque me gusta y es lo que soy.

PD: ingenieros ¡no me maten! sólo doy mi punto de vista xD

miércoles, 7 de abril de 2010

Familia e hijos

Durante el último mes dos amigos me han sorprendido con la noticia de que van a ser padres y, aunque me alegra saber que no se trata de accidentes, no puedo evitar sentirme algo desorientada y confusa. No es secreto para nadie que los hijos no son mi prioridad, no hacen parte de mi proyecto de vida, es más, no los quiero, pero ver cómo mis dos amigos, los mismos que en otro tiempo fueron mi pareja, inician una nueva etapa en su vida, una tan importante, me obliga a pensar que, más que un objetivo, los hijos son parte indispensable en la vida en pareja.

Es cierto que tener hijos no es una obligación, que las mujeres tenemos todo el derecho y el deber de decidir si queremos o no queremos ser madres pero... ¿y los hombres? ¿donde queda la opinión de la pareja?. Por más que lo intente no puedo no pensar que estoy siendo egoísta, que estoy dejando de lado los deseos de quien está conmigo, y aunque en algún momento de mi vida pensé que podría hacerme a la idea de ser madre, hoy estoy segura de mi incapacidad para ello. Y no se trata del miedo común a tener en tus manos la vida de otro ser humano, se trata del conocimiento, casi absoluto, de carecer por completo de la disposición correcta de ser madre. No puedo pensar en ello sin sentir incomodidad, incluso me resultan un poquito desagradables las mujeres embarazadas, sin excepción, tanto mi madre cuando esperaba a mi hermana, mis tías, las esposas de mis tíos, mis profesoras... no importa quien sea, no me gustan las embarazadas, así todos digan que son mujeres lindas. Aclaro que, no obstante, no le voy a hacer feo a una mujer en estado, no soy tan cruel :P

El problema ahora es que tengo una relación estable y un proyecto de vida compartida, quiero vivir con mi pareja y disfrutar de mis días a su lado... y temo que eso termine llevándonos a la temible discusión de la paternidad. Sé que él no piensa demasiado en hijos pero eso es en este momento, cuando acaba de graduarse y está comenzando su vida profesional, cuando las principales preocupaciones que pasan por su cabeza son las mejoras que pueda hacer a su equipo de cómputo o la especialización que podría cursar... y luego ¿qué? ¿cómo sé que más tarde no querrá tener un hijo? ¿cómo estar segura de no cometer un error al negarme rotundamente a que él sea padre? ¿cómo no temer por una separación causada por esta decisión?; ya su madre me dejó pensando hace algún tiempo cuando dijo que no podíamos dejarla sin ver un hijo nuestro, al tiempo que mi queridísimo novio se lavaba las manos diciendo que si no ocurría era porque yo no quería, y he quedado con el malestar de saber que no se trata sólo de él, de mi pareja, sino de toda una familia que espera nietos y sobrinos, y ¿cómo es que yo puedo negarme? ¿donde está el límite entre lo que se desea y lo que se debe hacer?

Aggghhhhh... los amigos no deberían casarse ni tener hijos... al menos así me evitarían estos dolores de cabeza!!! ¬¬

lunes, 5 de abril de 2010

Un inicio...

Hace ya algún tiempo tuve un blog (creo que todos en algún momento hemos tenido uno), pero su ciclo terminó. Era un blog de "cositas", de pensamientos y relatos de lo cotidiano, de eso que ocurre a diario, de lo que me llamaba la atención o lo que me fastidiaba... digamos que era un blog para hacer públicas las cosas que creía curiosas, y tal vez pude hacerlo evolucionar pero... no, mejor dejemos que sea un recuerdito de esos días. Hoy, en cambio, he decidido crear un nuevo espacio, uno más "personal", uno que no relate lo ocurrido en la salida de campo o en la clase de este día... este será un blog hecho por mí y para mí (y para los que lo deseen visitar), un blog sin más pretenciones que servir de elemento de exteriorización de eso que puedo estar pensando o sintiendo... casi como una conversación con mi otro yo, eso si, sin querer dejar de lado a quienes quieran participar, al fin y al cabo la idea de un blog es ser público ¿no?.

Por ahora basta con decir que cualquiera es bienvenido a este espacio y es libre de comentar, opinar, criticar, sugerir y hasta refutar todo lo que se diga, siempre en buenos términos.

Entonces ¿qué dices? ¿te animas a compartir conmigo un buen libro y un café?