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sábado, 28 de mayo de 2011

De la Moira y Loevenbruck

Hace algunos meses el Círculo de Lectores ofreció a sus suscriptores una interesante trilogía de literatura juvenil, algo sobre una loba y una niña cuyos destinos estaban conectados por los designios de la Moira, y cuyas intenciones no parecían demasiado buenas con este par de personajes. Dado que por aquel entonces el Círculo se había olvidado de mi existencia (¬¬), Gustavo se arriesgó a adquirir tan singular colección, un libro por bimestre, para dejarlos por ahí, en algún lugar de su biblioteca, casi abandonados, superados por cuatro títulos de las crónicas vampíricas que acechaban sin tregua a cualquier lector desprevenido que osara acercarse... hasta que llegué yo xD.

"La niña y la loba", "La guerra de los lobos" y "La noche de la loba" son los títulos que componen la llamada Trilogía de la Moira, libros escritos por Henri Lœvenbruck, un francés apasionado por la música y la literatura, y quien, según expertos, ha sabido romper con la hegemonía anglosajona de la literatura fantástica. Yo, sin embargo, no me atrevo a realizar semejante aseveración, ¡es tanto lo que he leído y tan poco lo que sé al respecto! Pero dejemos de darle vueltas al asunto y vayamos al grano: hablemos de La Trilogía.

Debo reconocer que me acerqué a los libros sin mucha expectativa; la sinopsis del primer libro es tan simple, tan vaga, que pareciera hacer sido escrita para ahuyentar al lector, no para atraerlo, pero como estaba algo agotada de leer sobre vampiros me atreví a adentrarme en ese particular mundo que la trilogía me presentaba... ¡y no imaginan la tan agradable sorpresa que me he llevado!

La historia habla de Alea, una niña huérfana de 13 años que vive en una tranquila (aburrida) ciudad ubicada al norte de la isla de Gaelia; sin embargo, por casualidades de la vida (o tal vez por cuestiones del destino), un extraño descubrimiento la lleva a convertirse en depositaria de un singular poder, y le acarreará una serie de enormes problemas y aventuras inesperadas, así como el cumplimiento de una labor cuya razón y finalidad deben buscarse a lo largo del camino.

Quisiera hablarles más de la trama pero acabaría destrozando la historia, que es demasiado susceptible a los spoilers, y no es esa mi intención, así que, se quedan iniciados xD, pero puedo contarles otras tantas cositas que pueden ayudarlos a decidirse si leer o no esta trilogía, y una de ellas es que el final es excelente.

Los volúmenes de esta saga no son largos, tienen entre 280 y 290 páginas cada uno, al menos en la colección publicada por la editorial española TimunMas, cosa que los hace aptos para ser llevados a todos lados, y ser devorados en cualquier ratito que nos quede libre. Sobre el estilo narrativo, el autor se vale de las historias paralelas, de descripciones de hechos que ocurren simultáneamente en espacios diferentes o con personajes diversos, pero lo hace de manera tal que el salto entre uno y otro no es difícil de seguir (cosa que me ha ocurrido con otros libros), lo que permite el lector tener una idea global de lo que sucede en la isla sin perderse en el intento.


Los personajes, por su parte, están agradablemente descritos y desarrollados aunque, a mi parecer, no son tan "grises", no poseen tantos contrastes como me hubiese gustado, los buenos son buenos y los malos son malos, y hay pocos puntos intermedios en sus acciones o palabras. Aun así, son fáciles de amar u odiar, de generar lástima o temor, de hacernos llorar o reír a carcajadas. Mi preferido: el enano Mjolln.

Para finalizar quiero señalar dos de las cosas que más me llamaron la atención en los textos; la primera es la dedicación que el autor pone en las descripciones culinarias. Si, como lo leen, Lœvenbruck no se limita a nombrar los platos que ingieren los personajes, llega incluso a enumerar los ingredientes y a darte una versión corta de la receta, y es todo un deleite para la imaginación. La segunda particularidad también se relaciona con la capacidad descriptiva, pero esta vez de los combates y luchas. Al principio, en el primer libro, el detalle de las heridas me causaba un poquito de impresión, pero al avanzar en el tercer tomo me descubrí, innumerables veces, haciendo gestos de asco total frente a la crudeza de las descripciones. Sangre, entrañas, cabezas y demás son meticulosamente enumeradas por el autor, una y otra vez, durante las batallas.

Entonces, resumamos, ¿Qué calificación puedo darle a la trilogía? sin duda le daré un 7.8 sobre 10.

PD: Una última cosita. No considero que sea taaaaaaaan juvenil, es apta para todo público mayor de 15 años ^_^