Nunca he sido aficionada a los libros políticos, ni siquiera ahora que me encuentro en la obligación de leerlos y analizarlos, y es que la crítica cuasi-filosófica a los sistemas políticos o al gobierno termina aburriéndome; un documento bien estructurado es entretenido, una charla entre colegas resulta amena… ¡pero un libro político en el que se le da mil vueltas al mismo asunto es la cosa más insoportable del mundo!, al menos para mí.
Esta idea la he tenido fija desde siempre, más ahora que ando metida de humanista, pero un descubrimiento reciente me ha hecho replantearme la situación. Les cuento en orden para que me entiendan.
Este semestre he matriculado una materia electiva cuyo sugestivo nombre me causaba intriga: Escritura histórico-antropológica; lindo ¿no?, pues bien, cual ha sido mi sorpresa, y la de todos mis compañeros, al descubrir que la dichosa clase es algo así como un taller de teatro y sensibilización artística para historiadores (y valientes de otras carreras que la tomaron xD). Tal cual lo leen, he terminado metida en una pseudo-clase de teatro… ¡y con lo buena que soy yo para actuar! (evidente sarcasmo, para el que no la agarró).
Resulta, además, que uno de los trabajos calificables es una puesta en escena grupal con textos propios, es decir, una obra inventada. Mi grupo de trabajo, muy bien armada, por supuesto, ha tenido la idea de hacer una representación tipo crítica sarcástica sobre el estado y la política en el contexto colombiano actual. Somos cinco personajes: democracia, burguesía, estado (esa soy yo), política y pueblo, pero la configuración de cada figura resulta un tanto (muy) difícil, así que le pedimos ayuda y nos recomendó un texto de Maurice Joly: Diálogo en el Infierno entre Maquiavelo y Montesquieu.
A primera vista, el libro tenía pinta de no gustarme pero me he llevado una enorme sorpresa al recorrer sus páginas, ¡es simplemente magistral!. El lenguaje, la estructura del texto, las ideas expresadas, la forma en que ambos personajes interactúan… ¡he descubierto uno de los mejores y más entretenidos libros, claramente políticos, del mundo! Ok, puede que no todo el mundo piense igual pero para mí es increíble; no deja de sorprenderme la forma en que Joly recurre a las figuras de Maquiavelo y Montesquieu, opuestas desde lo ideológico, y los enfrenta en el infierno, haciendo que cada uno de ellos defienda su propuesta política y busque adaptarla al nuevo panorama mundial, o europeo, mejor dicho.
Hasta ahora he recorrido sólo la mitad del libro pero me he encontrado con argumentaciones tan sólidas y bien planteadas que hasta pareciera que algunos gobernantes de hoy en día las hubiesen llevado a la práctica, es extraordinario; además, me agrada que el personaje de Maquiavelo trascienda a la casi terrorífica forma en la que fue convertido y tenga una voz más real, más humana. De Montesquieu poco puedo hablar por el momento; aunque ha participado activamente de la charla, sus argumentaciones aun no alcanzan a las propuestas por Maquiavelo; supongo que más adelante será su turno de expresarse con mayor claridad.
Aun así, a pesar de no tener el texto terminado, puedo arriesgarme a recomendarlo: quien se atreva a tomarlo entre sus manos no se arrepentirá de leerlo, es simple y absolutamente asombroso.