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sábado, 28 de agosto de 2010

Diálogo en el Infierno entre Maquiavelo y Montesquieu

Nunca he sido aficionada a los libros políticos, ni siquiera ahora que me encuentro en la obligación de leerlos y analizarlos, y es que la crítica cuasi-filosófica a los sistemas políticos o al gobierno termina aburriéndome; un documento bien estructurado es entretenido, una charla entre colegas resulta amena… ¡pero un libro político en el que se le da mil vueltas al mismo asunto es la cosa más insoportable del mundo!, al menos para mí.

Esta idea la he tenido fija desde siempre, más ahora que ando metida de humanista, pero un descubrimiento reciente me ha hecho replantearme la situación. Les cuento en orden para que me entiendan.

Este semestre he matriculado una materia electiva cuyo sugestivo nombre me causaba intriga: Escritura histórico-antropológica; lindo ¿no?, pues bien, cual ha sido mi sorpresa, y la de todos mis compañeros, al descubrir que la dichosa clase es algo así como un taller de teatro y sensibilización artística para historiadores (y valientes de otras carreras que la tomaron xD). Tal cual lo leen, he terminado metida en una pseudo-clase de teatro… ¡y con lo buena que soy yo para actuar! (evidente sarcasmo, para el que no la agarró).

Resulta, además, que uno de los trabajos calificables es una puesta en escena grupal con textos propios, es decir, una obra inventada. Mi grupo de trabajo, muy bien armada, por supuesto, ha tenido la idea de hacer una representación tipo crítica sarcástica sobre el estado y la política en el contexto colombiano actual. Somos cinco personajes: democracia, burguesía, estado (esa soy yo), política y pueblo, pero la configuración de cada figura resulta un tanto (muy) difícil, así que le pedimos ayuda y nos recomendó un texto de Maurice Joly: Diálogo en el Infierno entre Maquiavelo y Montesquieu.

A primera vista, el libro tenía pinta de no gustarme pero me he llevado una enorme sorpresa al recorrer sus páginas, ¡es simplemente magistral!. El lenguaje, la estructura del texto, las ideas expresadas, la forma en que ambos personajes interactúan… ¡he descubierto uno de los mejores y más entretenidos libros, claramente políticos, del mundo! Ok, puede que no todo el mundo piense igual pero para mí es increíble; no deja de sorprenderme la forma en que Joly recurre a las figuras de Maquiavelo y Montesquieu, opuestas desde lo ideológico, y los enfrenta en el infierno, haciendo que cada uno de ellos defienda su propuesta política y busque adaptarla al nuevo panorama mundial, o europeo, mejor dicho.

Hasta ahora he recorrido sólo la mitad del libro pero me he encontrado con argumentaciones tan sólidas y bien planteadas que hasta pareciera que algunos gobernantes de hoy en día las hubiesen llevado a la práctica, es extraordinario; además, me agrada que el personaje de Maquiavelo trascienda a la casi terrorífica forma en la que fue convertido y tenga una voz más real, más humana. De Montesquieu poco puedo hablar por el momento; aunque ha participado activamente de la charla, sus argumentaciones aun no alcanzan a las propuestas por Maquiavelo; supongo que más adelante será su turno de expresarse con mayor claridad.

Aun así, a pesar de no tener el texto terminado, puedo arriesgarme a recomendarlo: quien se atreva a tomarlo entre sus manos no se arrepentirá de leerlo, es simple y absolutamente asombroso.

viernes, 16 de julio de 2010

Matrimonio gay y familia: natura y anti-natura

Polemicemos. El senado argentino, luego de más de trece horas de debate, aprobó la ley que autoriza el matrimonio entre personas del mismo sexo, convirtiéndose en el primer país latinoamericano en dar este gigantesco paso hacia una sociedad más ecuánime, y que ojalá sea seguido pronto por los demás países, no sólo en América Latina sino en todo el mundo.

No obstante, esta ley no cambia mentalidades de forma tan sencilla, y hoy, cuando leía los reportes del logro en foros y webs, no podía evitar leer los comentarios desagradables que algunas personas habían publicado al respecto. Antinatural, desagradable, contra los principios divinos, entre otros, fueron los términos con los que me encontraba mientras repasaba las opiniones de los lectores, pero yo pregunto ¿qué significa realmente la palabra “natural”?.

No soy muy versada en el tema de la naturaleza humana y sus implicaciones sociológicas y antropológicas o de su estrecha relación con la cultura, pero recuerdo que en clase de etnología el profesor Jorge Márquez nos enfrentaba a temas que no podían explicarse de forma simple, señalando qué podía ser cultural y qué era natural. Lo mismo ocurre con las prácticas y tendencias sexuales ¿Qué hace que una persona sea gay? ¿Es un gen? ¿Es una consecuencia cultural? ¿Son ambas cosas? ¿Quién dice que debes enamorarte de un sexo determinado?; La verdad, no lo sé y tampoco me importa averiguarlo, considero que cada persona es libre de vivir su vida como mejor le parezca, eso sí, dentro de los límites del respeto y la tolerancia hacia lo diferente.

Lamentablemente, muchas personas no tienen esta misma concepción de la homosexualidad y es entonces cuando salen a defender la sagrada institución familiar como el núcleo conformado por un padre y una madre (dejo de lado el tema de los hijos, eso da para otra discusión), unión natural entre dos seres creados por “dios” o por la “naturaleza” y cuyo fin no es otro que el de la procreación. … … … ¡Ja!. Ya dije que no era muy versada en temas culturales y naturales pero el asunto de la familia es algo que he tenido que estudiar gracias a las investigaciones con las que he colaborado, además de la mía propia.

Señores conservadores, defensores de la figura de la familia como elemento natural que sirve de base a la sociedad, ¡déjenme decirles que andan muy equivocados!! Ajá, tal como lo leen, la idea de la familia como hoy se conoce es el resultado de la intervención del estado en los hogares europeos a partir del siglo XVII y XVIII, como diría otro de mis profesores, la familia es una invención burguesa. (A que nadie esperaba esto xD). Pues, si, para dolor de muchos, el modelo familiar que tenemos hoy se desarrolla a partir de las configuraciones del llamado Estado moderno, y de las tecnologías políticas que aplica sobre el cuerpo, la salud, el alojamiento o la alimentación, que buscan controlar, distribuir, perfeccionar y transformar los cuerpos individuales para aumentar su fuerza productiva y reasignar su fuerza política.

Ups, lo siento, se me salió la historiadora que llevo dentro, mejor volvamos a la escritura coloquial.

Lo que quiero decir con toda esta retahíla de datos, es que no podemos permitir que el discurso natura-antinatura siga guiando el debate sobre las uniones homosexuales, cada quien es libre de amar a quien le plazca y su unión debe ser validada por las instituciones estatales como ocurre con los matrimonios heterosexuales, sin ninguna discriminación… a la final todos somos seres humanos ¿no?

¡A los argentinos un beso y un abrazo enorme!! ¡qué grandes que son, hoy lo han demostrado!!

sábado, 3 de julio de 2010

Una abuela mundialista

Mi abuela es fan de la selección Argentina. Hasta ahora creí que su afición se debía más a la presencia de Messi (al que ella adora) que al juego de la albiceleste… ¡pero no! Y no tienen idea de lo curioso que resulta verla siguiendo los partidos ¡hasta ha llegado al punto de conocer la alineación y distinguir a los jugadores!! Esta mañana, durante el juego contra Alemania, no dejó de gritarles a todos, cual técnico de selección, para que hicieran bien su trabajo; que Tévez, que Higuaín, que Mascherano, que Maxi Rodríguez… yo, honestamente, los veo igualitos cuando están en la cancha, pero ella sabía cuando era uno y cuando era el otro el que tenía la pelota, sin confundirse.

Lamentablemente, Argentina no pudo con Alemania y perdió, y mi abuela se enojó tanto que apagó el televisor faltando diez minutos para el pitazo final, sin dejar de renegar por los errores del técnico y los jugadores. Pero el mal humor pasará, tarde o temprano, y la próxima vez que la selección Argentina sea convocada a algún partido veré a mi abuela frente a la pantalla, gritando como cualquier otro fan, esperando algún gol de Messi.

Ah, una última cosa… ella también le va al Barça de vez en cuando.

Aquí mi abuela con mi tía, un día de diciembre :P

miércoles, 16 de junio de 2010

Fan Tan (II) o cómo hacer que un libro raro tenga un final casi inesperado

A ver… ¿qué puedo decir de Fan Tan? Es un libro raro, al menos para mi gusto, lleno de detalles que amas u odias, con un desarrollo de la trama que no sabes si ha sido bueno o malo, y con un final que puede ser inesperado para muchos y malo para algunos. No sé si deba o no deba recomendarlo, aun no puedo hacerme a una opinión clara, pero el que quiera intentarlo, adelante, nada pierde con leerlo… y hasta pueda ayudarme a digerirlo xD.

Primero hablemos de lo bueno, lo bacano, lo entretenido de Fan Tan. El libro es corto, relativamente, unas 353 páginas en la edición de SUMA de Letras de 2006, lo que ayuda a avanzar rápidamente en el relato. Los dos personajes principales, Annie Dowlty y Lai Choi San, están bien definidos y nunca dejan de lado el carácter regio que debe identificarlos. En cuanto a la trama, los capítulos seis y siete son, a mi parecer, excelentes; la forma en que los autores narran lo que va ocurriendo, paso a paso, cargado el texto con detalles que pueden parecer algo minuciosos pero terminan siendo importantes a la hora de la resolución… ¡ah! ¡Eso me gustó!.

Lo malo, lo aburrido, los sinsabores del libro son muchos pero parece que, en sí, fueran los mismos que ayudan al relato a ser entretenido. Lo primero, Annie Doulty. El personaje fue hecho a la medida de Marlon Brando ya que, en un principio, este era un guión, no una novela, y fue pensado para parecerse a su autor, pero tiene detalles que no me trago, que se me atascan y no me dejan saborearlo como quisiera; es demasiado seguro de sí mismo, es casi omnipotente. Además, me molesta bastante el tono colonialista en que Fan Tan fue escrito, es casi tan similar al lenguaje usado en las películas norteamericanas sobre la guerra de Vietnam, con la misma mirada de superioridad racial de los “blancos” hacia los “chinos”, además de hacer encajar en ese término a todos los habitantes de Asia cuyos ojos son rasgados; para Annie es lo mismo un chino, un malayo, un filipino o un mongol. Además, hay un detalle del final que me reconfirma la visión colonialista, algo relacionado con Lai Choi San que no les diré porque les dañaría la trama, si lo quieren leer.

Sobre esto último, resulta un poquito contradictorio teniendo en cuenta que la protagonista es una china, y es que, a pesar de que ella es tan capaz, tan inteligente y tanto o más intrépida que Annie, siempre tiende a ser subvalorada por el autor, al punto de convertirla casi en una pobre pirata con ínfulas de mucha cosa; eso sí, de que tiene un carácter regio, lo tiene.

Ah, una última cosa que no me gustó ni cinco, la manía de escribir como, se supone, hablan los chinos el español. Ejemplo: -¿señol Fled? –dijo, y le brillaron los ojos. Annie asintió-. No, señol. Ninguno señol Fled viene aquí. Ninguno, señol. Yo no sé ustedes, pero a mí me duele la cabeza sólo de verlo ¿no era más fácil indicar que lo había dicho con un marcado acento chino?, odié cada diálogo en el que algún chino intervenía sólo por esta cuestión.

En fin, creo que optaré por darle una calificación intermedia a Fan Tan. Debo reconocer que ha sido un libro entretenido pero hubiese podido dar más. Por cierto, no le crean a la descripción del libro cuando dice que Annie es un consumado maestro del Fan Tan.

PD: les dejo dos imágenes de las portadas de los libros. Esta tipo vintage es de la primera edición, en 2005. Linda ¿no?

Y esta es la que yo tengo, de 2006.

lunes, 14 de junio de 2010

Nuevo "logo"

Sabiendo que el anterior no era nada bonito y aprovechando que estoy en vacaciones, he diseñado una nueva barra para el blog. No soy muy buena con el PhotoShop pero creo que me ha quedado bastante bien ¿Ustedes qué opinan?

Por cierto, no se olviden de los peces, tienen hambre :P

martes, 8 de junio de 2010

Fan Tan

Luego de devorar, literalmente, el cuarto libro de Las Crónicas de Narnia, he decidido cambiar un poco el tipo de literatura y me he aventurado a leer Fan Tan, una novela escrita por Marlon Brando (si, el actor) y Donald Cammell, publicada luego de la muerte de sus dos autores. La trama, según la contraportada, se desarrolla en los mares de China a comienzos del siglo XX, donde una despiadada mujer pirata, madame Lai Choi San, hace y deshace. Al parecer esta “madame” conoce a un curioso aventurero, Anatole “Annie” Doulty, y le propone un trato… si la ayuda a capturar un barco, ella le dará la mitad de lo que roben.

Hasta ahora apenas lo comencé, no paso del primer capítulo, pero aun no sé si me gusta su estilo; tal vez se deba a que ando acostumbrada a los ensayos o a la literatura del tipo Tolkien, y esta forma de narración que propone Fan Tan ya me resulta extraña, además, cabe aclarar que originalmente fue un guión cinematográfico, no se escribió como novela literaria, por lo que tuvo que ser editado un par de veces.

Le daré algunos capítulos más para que me seduzca, me atrape y me arrastre consigo a las desconocidas aguas del Pacífico… así que, posiblemente, en algunos días estaré reseñando el final de la aventura, sea favorable o desfavorable.

Ahora, a tomarme un cafecito mientras leo ¿a alguien más se le antoja?

PD: por si se lo preguntan, el fan tan es un juego chino ;)

lunes, 24 de mayo de 2010

Guillermo el Mariscal y Eomer Eadig. Aproximaciones al caballero medieval a través de la literatura fantástica de Tolkien

Señoras y señores, a petición de Teore, publico mi trabajo final de Historia Medieval. Creo que pudo ser muchísimo mejor pero en medio de una huelga de neuronas uno hace lo que puede xD
Cualquier comentario, adelante, ya se lo entregué al profe pero igual es importante escuchar opiniones!!! Ah, y todo aquel ser del cyberspace que quiera usar algo de su contenido, por favor no olvide citar a su autor, es decir, a mi.
No siendo más, los dejo disfrutar del texto.

Guillermo el Mariscal y Eomer Eadig.
Aproximaciones al caballero medieval a través de la literatura fantástica de Tolkien.

1.    De la Tierra Media y su inspiración medieval

Antes de dar comienzo al análisis de las figuras de Guillermo el Mariscal y Eomer Eadig, es preciso aclarar que este último es un personaje proveniente de la obra El Señor de los Anillos, del escritor y filólogo inglés John Ronald Reuel Tolkien, y que esta novela, si bien no es un texto estrictamente medieval, sí posee una fuerte influencia de la antigua narrativa anglosajona y escandinava, en las que se inspira para crear el mundo fantástico de la Tierra Media y Aman.

Beowulf, El cantar de los Nibelungos, los Eddas, el Kalevala o la Saga Arthuriana, relatos con los que Tolkien creció y a los que, años más tarde, dedicó largas jornadas de estudio, fueron fundamentales en el desarrollo de su Legendarium, la mitología de la Tierra Media, contextualizada en el entorno medieval y épico de las sagas y cantares. Ejemplo de ello es el propio nombre, Tierra Media o Middle-Earth, forma moderna de un término ya existente en el inglés antiguo (middanġeard) y en el nórdico antiguo (midgard)[1]. En el caso de la mitología nórdica, Midgard es el nombre que recibe el mundo de los hombres, la tierra, y que fue adaptado por Tolkien para describir la parte de Arda, el mundo, ubicada al este de Belegaer, el Gran Mar, que incluye a Harad y las Tierras Oscuras más allá del mar oriental, hogar de hombres y enanos. Los elfos y demás criaturas tienen orígenes ligados a otros espacios pero este trabajo no se concentrará en ello.

Sin embargo, no se puede suponer que el universo recreado en la obra de Tolkien sea una copia del mundo medieval europeo o de las sagas y demás historias medievales; Tolkien se nutrió de ellas y tomó elementos característicos de la época, no para convertir la Tierra Media en una forma idealizada de la Europa medieval, sino para darle una identidad propia[2]. La Tierra Media posee su propia historia, mitología, cosmogonía, literatura, lenguas y geografía, es  nuestro mundo llevado a un tiempo histórico imaginario; según el mismo Tolkien “tiene un aire de familiaridad, si bien algo glorificado por la distanciación en el tiempo”[3].

2.    De los Eorlingas

Se podría pasar por alto el análisis de los Eorlingas, el grupo humano al que pertenece el personaje de Eomer, pero se correría el riesgo de descontextualizar su figura y la estrecha relación que esta guarda especialmente con los pueblos escandinavos, su literatura y su mitología.

Rohan es uno de los reinos de humanos que habitan la Tierra Media. Está ubicado en la zona central del noroeste del continente, entre el Anduin o Rio Grande, el Isen o Río de Hierro y las Ered Nimrais, las Montañas de Cuernos Blancos. Fue cedido por Cirión, Senescal de Gondor, a Eorl y su pueblo luego que estos desempeñaran un papel fundamental en la defensa del norte contra los hombres salvajes. De Eorl, su primer rey, se deriva el nombre con que ellos mismos se denominan, Eorlingas, mientras que Rohirrim es el nombre dado por los hombres de Gondor y significa Señores de los Caballos, dada la estrecha relación de este pueblo con dichos animales.

Los Eorlingas, exceptuando el hecho de ser jinetes, tienen una similitud sorprendente con los pueblos escandinavos y anglosajones contemporáneos a la llegada de la cristiandad. Su apariencia (“hombres de elevada estatura y mujeres hermosas, valientes todos por igual, fuertes, de cabellos dorados y ojos brillantes”[4]), su organización política y su cultura guardan una estrecha relación con prácticas medievales paganas, mientras que su lengua está inspirada en el inglés antiguo.

3.    Guillermo el Mariscal y Eomer Eadig el Bendecido. Comparaciones desde la caballería.

Tomar la figura de Guillermo el Mariscal y realizar un ejercicio comparativo con un personaje de ficción inspirado en las figuras caballerescas medievales no es tarea fácil, aun así este trabajo pretende, como menos, lograr un primer acercamiento al modelo del caballero en la persona de Guillermo y señalar las similitudes o diferencias que puede tener con el personaje de Eomer Eadig, una de las figuras que mayor simpatía despierta en la novela El Señor de los Anillos, de J.R.R. Tolkien.

Los orígenes de Guillermo son algo difusos; la memoria no guarda datos exactos sobre su fecha o lugar de nacimiento, y su genealogía se detiene de manera abrupta en sus abuelos. Por su línea paterna se sabe que su abuelo y su padre fueron Mariscales en la corte del rey Enrique I, y que, a la muerte de su progenitor, siendo el cuarto hijo y sin posibilidades de heredar, fue enviado a Normandía, a la casa de Guillermo de Tancarville, primo de su padre, para que este le criara y educara en los principios caballarescos.

Diferenciándose de Guillermo, el personaje de Eomer posee una genealogía fácilmente rastreable. Sus abuelos fueron el Thengel y Morwen de Lossarnach, señores de Rohan. Su madre fue la menor de las hijas del rey, Theodwin, quien contrajo nupcias con Eomund del Folde Este, Primer Mariscal de la Marca, y de la unión nacieron Eomer y Eowyn, la que más tarde se conocería como La Señora del Brazo Escudado. Huérfanos de padre y madre y sin haber alcanzado la madurez, son recibidos por su tío materno, el rey Theoden, quien los cría como a hijos y, tal como ocurre con Guillermo, es el encargado de iniciar a su sobrino en el arte de la guerra y la caballería.

En este punto es interesante señalar como la figura del tío reemplaza a la del padre, bien sea por tragedias personales o por costumbres de época pero, en el caso de Guillermo, era necesario rivalizar con los demás sobrinos de su tío para ganar su amor y asegurar su subsistencia. De modo contrario, Eomer no necesita de rivalidades ni luchas, él y su hermana son criados en Edoras con su primo Theodred, heredero al trono, en igualdad de condiciones.

Tras un periodo de ocho años de aprendizaje y habiendo llegado a la veintena, Guillermo recibe la espada de parte de su tío, la señal que marca el verdadero comienzo de su vida como caballero. Eomer, por su parte, recibe el título de Tercer Mariscal de la Marca a la edad de 26 años, y le es encargada la seguridad del Folde Este, antiguos territorios dominados por su padre.

Para Guillermo, esta entrada al mundo de la caballería debe ser oficializada mediante el ingreso a los torneos, en los que debe demostrar que es realmente digno, debe dar cuenta de su valor, al tiempo que se ve obligado a buscar su propio sustento, a “girar por la tierra” para hacerse a un nombre y ganar lo suficiente para sobrevivir, pero nunca sólo, la soledad es vergüenza. Lamentablemente, ninguno de los textos de Tolkien da cuenta de la existencia de torneos o justas en la Tierra Media, por lo que, en este punto, las historias de Eomer y Guillermo toman rumbos ajenos.

El auge de la circulación monetaria es, sin duda, uno de los elementos más importantes en el análisis de la vida de Guillermo puesto que, si bien la figura del caballero es la de aquel que nada guarda, la que nada conserva, depende del dinero para hacerse a armaduras, caballos y ayudantes (y comida y descanso) que le ayuden en su camino a la obtención del reconocimiento social.

Este intento por escalar posiciones se refuerza mediante las alianzas familiares y la tradición en la que los tíos, como ya se vio, juegan un papel fundamental. En este caso, Guillermo busca asociarse con el hermano de su madre, Patricio de Salisbury, quien tiene la obligación de amarle y ayudarle en su carrera caballeresca.

Pero el éxito y el reconocimiento también son peligrosos para los caballeros. Tanto Eomer como Guillermo ven perder el amor de sus señores por las palabras malintencionadas de quienes se encuentran cerca al rey. Guillermo es acusado de acostarse con la reina, mientras que Eomer es señalado de desobediencia y debilidad, lo que los obliga a dejar la corte de forma vergonzosa. Aun así, a pesar de la deshonra, Eomer y Guillermo no dejan de lado sus obligaciones con su señor, bien sea vigilando territorios acosados por enemigos, como lo hace Eomer, o acudiendo a los torneos y justas, luchando bajo el estandarte del rey, y ganando, aumentando así el valor del equipo de su señor y el suyo propio.

Este tipo de comportamientos es una clara evidencia de la llamada ética de la caballería, cuatro obligaciones principales que todo caballero debía cumplir sin importar las consecuencias. La primera de ellas es la fidelidad, la obligación de cumplir con su palabra. Esta norma ayudaba a estructurar el mundo jerarquizado de los caballeros, situándolo en el centro de la estructura sostenida en su propia fidelidad, y en la que la lealtad primaria era hacia los amigos más cercanos, aun cuando fuera contraria a la de los amigos lejanos. No obstante, estas prácticas contradictorias no debían afectar las amistades.

El segundo principio es el deber de actuar como hombre de “pro”, de combatir y vencer conforme a las normas estipuladas, en las que los hombres de armas no debían rebajarse al nivel de los villanos ni “raposear” a sus contrincantes, debe luchar con honor y temeridad. El caballero no debe usar artimañas para vencer, no debe esconderse, debe hacer frente al enemigo y confiar en su destreza y en la devoción de sus amigos.

El tercer precepto de la ética caballeresca ya había sido mencionado algunos párrafos atrás, es la liberalidad, la largueza, es decir, la obligación del caballero de dar con generosidad, de conservar nada para sí, de derrochar para alegrar el corazón de los que ama, y de ser admirado por ello. Y el cuarto principio, según Duby, es el de ganar el amor de las damas, es decir, la cortesía.

Así, tanto Guillermo como Eomer deben dejar de lado cualquier malestar o muestra de orgullo que las acciones de sus señores pudieron generar en sus corazones y continuar sirviéndoles en la distancia, hasta que tengan la oportunidad de demostrar su inocencia o resarcir su error. Guillermo logra recuperar el amor de Enrique en una corte plenaria en Caen, a la que acude para retar a quienes lo han injuriado y así recuperar su honor. Nadie sale a su encuentro y, por tanto, la mancha desaparece.

Eomer, por su parte, debe esperar a que sea Gandalf, el mago, el aleje las sospechas y pesares con las que el consejero del rey ha envenenado su corazón, y cuando este es nuevamente consciente, recibe de la mano de su sobrino la espada que por tanto tiempo estuvo guardada, y olvida la falsa ofensa que Eomer había cometido.

Un último elemento clave de la caballería puede resaltarse en ambas figuras, y es el matrimonio como establecimiento del caballero, como el momento en que debe dejar las andanzas y el constante vagar para conformar una familia y heredar. Esta práctica también se relaciona con el ascenso social pues, son las mujeres las que poseen las herencias, las que otorgan el nivel; por ello los caballeros buscan el favor del rey para que este les otorgue en matrimonio a alguna heredera rica y de linaje que pueda hacerlos señores de su propia tierra. Guillermo, ya mayor, se casa con Isabel de Istringuil, diecisiete años menor que él, y poseedora de una enorme fortuna, con la que engendra cinco hijas y cinco hijos.

Eomer, quien luego de la muerte de su primo y su tío es coronado rey de Rohan, contrae nupcias con Lothíriel, hija del príncipe Imrahil de Dol Amroth, fortaleciendo la alianza que, desde los días de Eorl y Cirión, existe entre Gondor, tierra del rey Elessar, artífice de la boda, y su reino. Eomer engendra un hijo, Elfwine el Hermoso, y gobierna durante sesenta y cinco años.

Bibliografía

            Duby, Georges, Guillermo el Mariscal, Alianza Editorial, Madrid, 1984, Pp. 175
Fernández Menéndez, Mª Gloria, Periam González,  Enrique G., “The Lord of the Rings: Influencias de la mitología y literatura medieval en Tolkien”, España. http://www.liceus.com/cgi-bin/ac/pu/04/litmed.asp
Tolkien, J.R.R., Apéndices. El Señor de los Anillos, Ediciones Minotauro, Barcelona, 2002, P. 176
Tolkien, J.R.R., El Señor de los Anillos. La comunidad del anillo, Ediciones Minotauro, Barcelona, 2006, Pp. 566
Tolkien, J.R.R., El Señor de los Anillos. Las Dos Torres, Ediciones Minotauro, Barcelona, 2006, Pp. 476
Tolkien, J.R.R., El Señor de los Anillos. El retorno del rey, Ediciones Minotauro, Barcelona, 2006, Pp. 414
Tolkien, J.R.R., Las Cartas de J.R.R. Tolkien, Ediciones Minotauro, Barcelona, 1993. Versión Digital, Pp. 663
The Chain’s book. An encyclopedia of Middle-earth and Númenór.  http://www.tuckborough.net/eomer.html
The Encyclopedia of Arda. http://www.glyphweb.com/arda/e/eomer.html


[1] Tolkien, J.R.R., “Carta 165. A la Houghton Mifflin Co.”, en: Las Cartas de J.R.R. Tolkien,  Ediciones Minotauro, Barcelona, 1993. Versión Digital, P. 333
[2] Fernández Menéndez, Mª Gloria, Periam González,  Enrique G., “The Lord of the Rings: Influencias de la mitología y literatura medieval en Tolkien”, España. http://www.liceus.com/cgi-bin/ac/pu/04/litmed.asp
[3] Tolkien, Op. Cit., “Carta 183. Notas sobre la crítica de El Retorno del Rey de W. H. Auden”, Pp. 363-364
[4] Tolkien, J.R.R., El Señor de los Anillos. Las Dos Torres, Ediciones Minotauro, Barcelona, 2006, P. 385

viernes, 23 de abril de 2010

¿Por qué historia?

Durante los últimos cuatro años esta ha sido la pregunta que más me han hecho: "¿por qué historia?". La respuesta es simple, porque me gusta, pero pareciera que para el común de la gente esta no es una respuesta y despacharlos con algo como "porque me dio la gana" no tiene tanta gracia, así que ¿por qué no divertirme un poco desbaratando sus ideas preconcebidas y obligándolos a pensar?.

Confieso que me encanta ver la cara de la gente cuando les respondo ¿y por qué no?... es como si, de repente, se hubiesen golpeado contra un muro, y es que ¿quien espera que la respuesta deban darla ellos mismos?. Luego de unos cuantos desvaríos y algunas supuestas justificaciones económicas, la mayoría se rinde y cambia de tema, pero hay quienes se atreven a ir más allá y te lanzan una tentadora provocación: "pues, no sé, ¿para qué sirve la historia?"... ¡ah! ¡cuantas horas pasaría yo iluminando a los mortales con las razones por las que la historia es tan importante en nuestras vidas! (jajajajajaja), sin embargo, la realidad es otra, si uno de nosotros pretende sentarse a explicar el por qué de la historia es probable que el pobre individuo que ingenuamente preguntó termine, cinco horas después, sobrecargado de razones, términos y teorías que a duras penas logra entender, por lo que nos vemos obligados a responder con justificaciones resumidas (y muy mediocres para nuestro gusto) sobre la relación historia-identidad y todas esas cosas, a lo que nuestro interlocutor responde con la frase más simplista con la que se resume el ejercicio la historia: "el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla". Aunque existe otra opción, que el susodicho sea uno de esos que creen que se las saben todas y termine dándonos una cátedra aberrante de supuesta historia, es decir, que se arme él solito un debate carente de análisis sobre la importancia de la labor de historiador que termina siendo un lastimoso episodio de verborrea aguda.

Pero la pregunta sigue abierta ¿por qué la historia?. En mi caso, la historia parece haberse metido bajo mi piel, es parte de mí, la necesito, no concibo la idea de una vida sin razón, quiero interrogarme sobre las formas y los modos, las razones, las lógicas, las costumbres... ¡necesito saber quienes somos y cómo llegamos a ser lo que somos!.

Mientras estudiaba ingeniería sentía que estaba educando a mi cerebro para trabajar según esquemas, para pensar mediante algoritmos ya dispuestos o fórmulas ya especificadas, pero sin encontrar un trasfondo, sin que me pudiera interrogar sobre las razones humanas más allá de la lógica, y eso me estaba matando... además ¡yo no quería pasar mi vida tras un computador y pensando en código! ¡no, no y no!.

Entonces ¿por qué historia?... la respuesta es simple: porque me gusta y es lo que soy.

PD: ingenieros ¡no me maten! sólo doy mi punto de vista xD

miércoles, 7 de abril de 2010

Familia e hijos

Durante el último mes dos amigos me han sorprendido con la noticia de que van a ser padres y, aunque me alegra saber que no se trata de accidentes, no puedo evitar sentirme algo desorientada y confusa. No es secreto para nadie que los hijos no son mi prioridad, no hacen parte de mi proyecto de vida, es más, no los quiero, pero ver cómo mis dos amigos, los mismos que en otro tiempo fueron mi pareja, inician una nueva etapa en su vida, una tan importante, me obliga a pensar que, más que un objetivo, los hijos son parte indispensable en la vida en pareja.

Es cierto que tener hijos no es una obligación, que las mujeres tenemos todo el derecho y el deber de decidir si queremos o no queremos ser madres pero... ¿y los hombres? ¿donde queda la opinión de la pareja?. Por más que lo intente no puedo no pensar que estoy siendo egoísta, que estoy dejando de lado los deseos de quien está conmigo, y aunque en algún momento de mi vida pensé que podría hacerme a la idea de ser madre, hoy estoy segura de mi incapacidad para ello. Y no se trata del miedo común a tener en tus manos la vida de otro ser humano, se trata del conocimiento, casi absoluto, de carecer por completo de la disposición correcta de ser madre. No puedo pensar en ello sin sentir incomodidad, incluso me resultan un poquito desagradables las mujeres embarazadas, sin excepción, tanto mi madre cuando esperaba a mi hermana, mis tías, las esposas de mis tíos, mis profesoras... no importa quien sea, no me gustan las embarazadas, así todos digan que son mujeres lindas. Aclaro que, no obstante, no le voy a hacer feo a una mujer en estado, no soy tan cruel :P

El problema ahora es que tengo una relación estable y un proyecto de vida compartida, quiero vivir con mi pareja y disfrutar de mis días a su lado... y temo que eso termine llevándonos a la temible discusión de la paternidad. Sé que él no piensa demasiado en hijos pero eso es en este momento, cuando acaba de graduarse y está comenzando su vida profesional, cuando las principales preocupaciones que pasan por su cabeza son las mejoras que pueda hacer a su equipo de cómputo o la especialización que podría cursar... y luego ¿qué? ¿cómo sé que más tarde no querrá tener un hijo? ¿cómo estar segura de no cometer un error al negarme rotundamente a que él sea padre? ¿cómo no temer por una separación causada por esta decisión?; ya su madre me dejó pensando hace algún tiempo cuando dijo que no podíamos dejarla sin ver un hijo nuestro, al tiempo que mi queridísimo novio se lavaba las manos diciendo que si no ocurría era porque yo no quería, y he quedado con el malestar de saber que no se trata sólo de él, de mi pareja, sino de toda una familia que espera nietos y sobrinos, y ¿cómo es que yo puedo negarme? ¿donde está el límite entre lo que se desea y lo que se debe hacer?

Aggghhhhh... los amigos no deberían casarse ni tener hijos... al menos así me evitarían estos dolores de cabeza!!! ¬¬

lunes, 5 de abril de 2010

Un inicio...

Hace ya algún tiempo tuve un blog (creo que todos en algún momento hemos tenido uno), pero su ciclo terminó. Era un blog de "cositas", de pensamientos y relatos de lo cotidiano, de eso que ocurre a diario, de lo que me llamaba la atención o lo que me fastidiaba... digamos que era un blog para hacer públicas las cosas que creía curiosas, y tal vez pude hacerlo evolucionar pero... no, mejor dejemos que sea un recuerdito de esos días. Hoy, en cambio, he decidido crear un nuevo espacio, uno más "personal", uno que no relate lo ocurrido en la salida de campo o en la clase de este día... este será un blog hecho por mí y para mí (y para los que lo deseen visitar), un blog sin más pretenciones que servir de elemento de exteriorización de eso que puedo estar pensando o sintiendo... casi como una conversación con mi otro yo, eso si, sin querer dejar de lado a quienes quieran participar, al fin y al cabo la idea de un blog es ser público ¿no?.

Por ahora basta con decir que cualquiera es bienvenido a este espacio y es libre de comentar, opinar, criticar, sugerir y hasta refutar todo lo que se diga, siempre en buenos términos.

Entonces ¿qué dices? ¿te animas a compartir conmigo un buen libro y un café?